Sin tener que remitirse a algún gran análisis sociológico, es evidente lo poco que ha cambiado el artista puertorriqueño independiente. Sin embargo, siempre están los que que nunca optan por quedarse de brazos cruzados o recostarse del apoyo de otros, algo en sus circuitos boricuas los ha permitido revitalizar y, hasta incluso reinventar totalmente, su producción artística tras uno de los desastres naturales más catastróficos en la historia de la Isla. Mientras que muchos artistas independientes han logrado vivir y sustentarse hasta cierto punto de su arte, parte de los que han florecido y aportado a la escena después del huracán María todavía se encuentran a principios de sus veinte, estudiando en la universidad y puliendo el talento que seguramente dominará los círculos en el futuro. A continuación, cuatro de estos jóvenes que han salido del otro lado de la crisis con un fervor incrementado por crear y cautivar.
Rompiendo con el sonido “pop punk” que se asocia con su generación, Edwin Asencio (24 años) y su grupo Sick Mental Attitude llevan de la mano su afán por el estilo sencillo y crudo del “garage punk” junto con diversidad armónica, inspirada por los Beatles. El estudiante de música de la Universidad Interamericana, Recinto Metro, pasó gran parte de los meses previos al infame septiembre grabando su debut, titulado Who da fuck is Sick Mental Attitude?, en Rat Room Studio en Salinas y logró completar la grabación justo antes del huracán. En un ambiente que vio bandas tornarse inactivas por la mudanza de miembros o falta de ánimo, Edwin se unió a los muchos que le sacudieron el polvo a sus guitarras acústicas y mantuvieron los motores creativos encendidos. “Es comprensible que hayan personas que no priorizaron la música, que solo se enfocaron en sobrevivir. Yo encontré el proceso de componer después de María como un reto. Me gustó estar limitado a solo tocar la acústica y crear bajo esas condiciones.”, comenta el guitarrista y vocalista principal. Durante la crisis se inspiró en la música de Bob Dylan y canciones que “le levantaran los espíritus”. Como tantas cosas buenas que se avecinaban para la escena previo a María, Edwin se vio en la posición de abandonar el plan de lanzar el disco formalmente y el 1 de enero de 2018 lo hizo disponible de gratis por internet. Edwin se encuentra restableciendo su banda después que su bajista y guitarrista se mudaran a los Estados Unidos, pero espera volver a tocar en vivo dentro de pocos meses y continúa grabando canciones nuevas en Rat Room Studios. “Estoy bregando con el momento, acoplándome a la situación, las canciones nuevas y lo que estamos produciendo ahora. Estoy muy traumatizado para pensar demasiado hacia adelante. Estoy en el ahora.”
Mientras que todos los lentes en la isla buscaban capturar la devastación inimaginable que trajo el huracán María, la estética y la belleza cogieron un asiento delantero en la escena fotográfica por un tiempo. Adriana Sofía Corbet, estudiante de fotografía en la Universidad Sagrado Corazón, vio el freno total de sus planes para continuar cultivando sus editoriales de moda durante los primeros meses después del huracán. “Era desesperante. La fotografía es una terapia para mí y no lo podía hacer. Me daba un poco de ansiedad y depresión, pero estaba motivada a regresar a eso lo antes posible.”, dice la joven de 21 años. Pese a no estar bajo sus condiciones o temática preferida, regresó a la fotografía con el reinicio del semestre en Sagrado Corazón, sin estudios, sin montajes y tomando clases en carpas. “Todos mis profesores querían que hiciéramos trabajos sobre el huracán y era un poco cliché hacer cosas así, pero a la vez estaba intrigada. Hubiese querido ir a otros pueblos y ver lo que estaba pasando.” Adriana siente que ha mejorado como fotógrafa con las limitaciones que le impuso María y que le inspira el boom artístico que se ha dado a través de todos los medios. Ya para noviembre volvió a participar de montajes, haciéndole una a la marca de prendas Vibra Collections. “Yo creo que me han llegado hasta más clientes desde el huracán y los modelos están igual de entusiasmados que yo por volver a participar de los montajes. También he hecho montajes con amistades, pero me gusta la confianza que los modelos tienen en lo que hacen. Con todo y eso creo que le podría tomar fotos a cualquiera y encontrar belleza.”
Alexander “Gato” Sánchez tiene un sujeto al cual le dedica el gran porcentaje de su energía creativa: Los gatos, por si no se podía deducir. Lleva dibujándolos desde los 21 años, y siente una fascinación particular por el gato esfinge. Las circunstancias que el huracán estableció, donde encontrar una tienda de arte operando era igual de probable que ganar la lotería, Gato experimentó con una nueva plataforma para plasmar al felino canadiense que tanto adora. “Comencé a pintar murales. No tenía recursos para pintar en canvas y lo único que estaba abierto era Home Depot. Lo hacía sin permiso, pero no lo considero vandalismo”, menciona el estudiante de la Universidad De Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, aunque un guardia de seguridad argumentaría lo contrario. Después de un mural de práctica en su casa y otro en la playa de Condado, Gato decidió embellecer la pared de un lote abandonado en Río Piedras. “Había hasta caca de los vagabundos que pasan por ahí y este guardia que vela el edificio de al frente viene a decirme que estoy haciendo vandalismo, que me fuese a otro lado a fumar lo que me estuviese fumando.”, recuerda el joven de 24 años. Luego el acudió al Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial de Río Piedras (CAUCE) presentándole la situación y ellos desganadamente le avisaron que asistiera a una reunión que tendrían pronto. “Yo no fui a pedirles dinero ni materiales, yo solo quería terminar el mural.” Pese a esto, Gato ya ha completado su cuarto mural en el Departamento de Bellas Artes en la UPRRP, y tiene en la mira pintar más espacios en Rio Piedras, terminar su maestría y solicitar al Royal College of Art en Londres. “Suena feo, pero esto del huracán tenía que pasar. Ver niños corriendo bicicleta y gente soltando un poco la tecnología. Conozco pintores que produjeron mucho y se inspiraron por la situación. También otros que se metieron de voluntarios a dar clases en los refugios. Se vio de todo, malo y bueno.”
Igual que Alex y sus esfinges, Gabriel Ulises Saez le fascinan los zombis. Principalmente escritor, ya que también es pianista, ilustrador y actor de voces, el joven de 22 años estudia educación en ingles en la UPRRP. Previo al huracán María se encontraba escribiendo su segunda novela, Hijos Caidos. “Con el huracán sentí estrés y ansiedad por parte de mi familia y la prioridad era mantenerlos seguros y tranquilos.”, recuerda Saez. En el desenlace de María pone en pausa el desarrollo de Hijos Caidos y vierte sus energías hacia cuentos cortos y en contribuir escritos para presentaciones artísticas colectivas como “La Leche”, donde el desespero y la monotonía de la gente que vio reflejada en la gente durante la crisis fue filtrado a través de sus relatos de zombis. El “segundo gran éxodo de puertorriqueños”, como lo llama, también lo inspiró a escribir y en particular le llamó la atención la noción de “salir de una catástrofe para entrar en otra.” Tiene en agenda su primera publicación como parte de una antología titulada Carroña en colaboración con el autor David Caleb Acevedo, también conocido como Elijah Snow. La antología de zombi literatura incluirá un fragmento de su primera novela, Memorias muertas, con la que busca balancear el drama y la acción, enfatizando en la intensidad emocional. Pese a retrasos en la publicación y distribución de sus escritos, siente que ha habido un gran auge de capacidad creativa y espera que otros se unan. “Hay muchos escritores a oscuras que no han hecho público su talento. Este es el momento para escribir, porque de aquí a 100 años, esto será lo que la gente recordará.”
Confiados en lo que tienen para ofrecer, la juventud integrada a los círculos de arte independiente —y la que está por integrarse— prosigue a dejar sus primeras huellas artísticas en una isla que siempre ha guardado lo mejor de ella debajo de la superficie, debajo de los “Puerto Rico se levanta” y los “Almost Like Praying”, en clubes de Río Piedras, en libretas escondidas debajo de la almohada, en murales abandonados…Y no quizás por una incapacidad o inhabilidad estos artistas no escogen la promulgación masiva de lo que han creado, sino más bien reconocen que el aprecio genuino y la conexión profunda con su compatriota vale más que el placer momentáneo del resto del mundo. A lo mejor ahí está el levantamiento del que se habla.
THE KIDS ARE ALRIGHT: THE RISIGN OF THE ARTS
Without having to refer back to a big sociological analysis, is evident how small the independent Puerto Rican artist has changed. Nonetheless, there are always the ones that never opt to stay with crossed arms or fall back on others’ support, something in their ‘boricua’ circuits has allowed them to revitalize, and even completely reinvent, their total artistic production after one of the most catastrophic natural disasters in the Island’s history. While many independent artists have managed to live and support themselves up until a certain point from their art, part of the ones who have bloomed and contributed to the scene after hurricane Maria are still starting their twenties, studying at college and polishing the talent that will probably dominate in the circles at the future. Next, are four of those young people that have come out from the other side of the crisis with an augmented fervor to create and enthrall.
Breaking with the “pop punk” sound that’s associated with his generation, Edwin Asencio (24 years old) and his group Sick Mental Attitude, carry by the hand their eagerness for the simple and raw style of the garage punk, along with harmonic diversity, inspired by The Beatles. The student of music at the Interamerican University, Metro Campus, spent most of the months previous to the infamous September, recording his debut, titles “Who Da Fuck is Sick Mental Attitude?” at Rat Room Studio in Salinas, and managed to complete the recording just right before the hurricane. In an ambiance where he saw bands turn inactive by the immigration of members or lack of spirits, Edwin joined the many who shook off the dust out of their acoustic guitars and kept their creative motors on. “Is comprehensible that there were people who did not prioritized music, and focused on surviving instead. I found the process of composing after Maria as a challenge. I liked being limited to only be able to play the acoustic and create under those circumstances”, comments the guitarist and main vocal. During the crisis he was inspired in the music of Bob Dylan and songs that “lifted his spirits”. As many great things that were coming to the scene previous to Maria, Edwin saw himself in the position of abandoning the plan of launching the album formally and at January 1st of 2018, he made it available for free in the net. Edwin is currently reestablishing his band after his bassist and guitarist migrated to states, but he hopes to start playing again live in a few months and continues to record new songs at the Rat Room Studios. “I’m dealing with the present, adapting to the situation, the new songs and what we are producing now. I’m way too traumatized to thing that far into the future. I’m in the now.”
While all the lenses in the Island sought to capture the unimaginable devastation that the hurricane brought, aesthetics and beauty took the driver’s seat in the photographic scene for a while. Adriana Sofía Corbet, photography student at the University of Sacred Heart, saw the complete deterrent of her plans to continue cultivating her fashion editorials during the first months after the hurricane. “It was maddening. Photography is a therapy for me and I couldn’t do it. It gave me a little bit of anxiety and depression, but I was motivated to get back to it as soon as possible”, said the 21 year old. Although she wasn’t under the preferred conditions or thematic, she got back to photography with the restart of the semester; without studios, nor montages, and taking classes under tents. “All of my professors wanted for us to develop work about the hurricane and it was a bit cliché to do stuff like that, but I was still intrigued. I would have liked to visit other municipalities and see what was happening.” Adriana feels she has improved as a photographer with the limitations that Maria imposed her and also inspired by the artistic boom that has underwent through all the mediums. By November she was already participating in montages again, making one for the jewelry brand Vibra Collections. “I think that even more clients have come to since the hurricane and the models are as excited as I am to be able to participate in the montages. I have also made montages with friends, but I like the confidence models have in what they do. Even though I’d like to think that I could photograph any person and find beauty.”
Alexander “Gato” Sánchez has a specific subject to which he dedicates the greatest percentage of his creative energy: Cats, in case you didn’t got that. He’s been drawing them since he is 21, and feels a particular fascination for the Sphynx. The circumstances that the hurricane established, where chances of finding an operating art store were the same as winning the lottery, Gato experimented with a new platform to capture this Canadian feline he greatly adores. “I started painting murals. I didn’t have the resources to paint in canvas and the only place open was Home Depot. I did it without permission, but I don’t consider it vandalism”, mentions the student from the University of Puerto Rico, Rio Piedras campus, although a security guard would argue the opposite. After a practice mural in his house and another one at the beach in Condado, Gato decided to beautify the wall of an abandoned lot in Rio Piedras. “There was even poop from the homeless that go through there and this security guard that watches out for the building that’s in front, comes toward me to tell me that I’m vandalizing, to go to another place to smoke whatever I was smoking”, remembers the 24 year old. He then resorted to the Center of Urban, Community and Entrepreneurial Action of Río Piedras (CAUCE by its Spanish initials) introducing them the situation and they apathetically telling him to attend a meeting they would have soon. “I didn’t went there to ask for money or materials, I just wanted to finish the mural.” In despite of this, Gato has already completed his fourth mural at the Department of Fine Arts at the UPRRP, and is planning on painting more spaces throughout Río Piedras, finish his Master’s, and applying to the Royal Collage of Art in London. “It sounds ugly, but this hurricane had to happen; to see kids running their bicycles and letting go a bit of technology. I know painters that produced a lot and got inspired by the situation. Also others that volunteered to give classes at the refugees. You saw everything, the bad and the good.”
Just as Alex and his Sphynxes, Gabriel Ulises Saez is fascinated by zombies. Mainly a writer, since he’s also a pianist, illustrator and a voice over actor, the 22 year old studies education in English at the UPRRP. Previous to hurricane Mara he was writing his second novel Hijos Caidos. “With the hurricane I felt stress and anxiety from my family and the priority was to keep them safe and relaxed”, remembers Saez. In the aftermath of Maria he pauses the development of Hijos Caidos and turns his energies toward short stories and in contributing stories for collective artistic presentations as La Leche, where the despair and monotony he saw reflected in the people during the crisis was filtered through his zombie narratives. The “second greatest exodus of Puerto Ricans”, as he calls it, also inspired him to write just as the notion of “getting out of a catastrophe to enter another one” particularly caught his attention. He has in agenda his first publication as part of an anthology titled Carroña in collaboration with the author David Caleb Acevedo, also known as Elijah Snow. The anthology of zombie literature will include a fragment of his first novel, Memorias Muertas (Dead Memories), one in which he seeks to balance drama and action, with an emphasis in emotional intensity. In spite of setbacks with the publication and distribution of his writings, he feels there has been a huge boom of creative capacity and hopes that many others join. “There are many writers in the shadows that haven’t made their talent public. This is the moment for writing, because from here on to a 100 years, this is what people will remember.”
Confident on what they have to offer, the integrated youth in the circles of independent arts —and the ones yet to integrate— proceeds to leave their first artistic footprints in an Island that has always kept it’s best things underneath the surface, under the “Puerto Rico se levanta” (Puerto Rico rises), and the “Almost Like Praying”, in the clubs of Río Piedras, in hidden notebooks under the pillow, in abandoned murals… And not perhaps due to an incapacity or inability of these artists, they choose not to massively promulgate what they have created, but because they recognize genuine appreciation and a profound connection with the patriot is worth more than the momentary pleasure of the rest of the world. Maybe that’s the rising that everyone talks about.
AUTOR | AUTHOR
Guitarrista y cantante de Aquí Nos Quedamos; escritor para Armario Local; y adicto a la música que no está interesado en curar su adicción.
Guitarist and singer of Aquí Nos Quedamos; writer for Armario Local; and a music addict who's not interested in curing his addiction.