Ilustración: Mabel Riefkohl x AL Magazine
¿Quién hace nuestra ropa? Si nos hiciéramos esa pregunta antes de vestirnos, el mundo sería otro. Por ello, la organización sin fines de lucro Fashion Revolution creó una campaña que le da visibilidad a algo desapercibido en la sociedad.
Carry Sommers y Orsola de Castro, fundadoras de Fashion Revolution, crearon, junto a un equipo mundial de activistas, creativos, diseñadores, manufactureros, y trabajadores, la campaña multinacional ¿Quién hizo tu ropa?. La campaña surgió tras el colapso de la manufacturera de ropa Rana Plaza en el 2013. Como consecuencia, murieron 1,113 trabajadores, entre los cuales había niños. Rana Plaza, que se encontraba en Dhacca Bangladesh, producía ropa para varias tiendas: Wal-Mart, Benetton, Inditex (Zara), Mango, JCPenny, El Corte Inglés, The Children’s Place.
El sistema de la industria de la moda está roto y tiene que cambiar. ¿Por dónde empezar? Además de ver documentales y practicar los 10 tips de consumo sostenible, es importante que cuestionemos las marcas que tenemos en el clóset, y las hagamos responsables de los productos que venden.
Zaida Goveo Balmaseda, mi gran amiga y compinche, es la coordinadora de Fashion Revolution Puerto Rico (FRPR). Este año, que será su tercero en la isla, la campaña durará una semana, del 24 al 30 de abril. Zaida me cuenta, desde Barcelona, cómo va el proceso y cuáles son las metas para Puerto Rico.
¿Cómo te convertiste en la coordinadora de FRPR?
Cuando viví en Nueva York, estaba bastante activa en la escena de moda ética, artes textiles, y artesanía. Así que, cuando regresé a Puerto Rico en el 2015, les pregunté a algunas amigas y colegas de LOCALISTA si querían ayudarme a organizar Fashion Revolution en Puerto Rico. La idea —casual, pero apasionada— surgió porque me percaté de que no había ningún representante del movimiento en la isla. En esos días, Sass Brown, mentora, autora, y gurú de Eco-Fashion, y Founding Dean del Dubai Institute of Design and Innovation, envió un e-mail con la intención de motivar a su comunidad extendida a unirse al movimiento. Le mencioné a Brown que quería organizar algo en la isla, pero que necesitaba información y guías. Ella me conectó con la organización (con sede en el Reino Unido), y acepté ser coordinadora. Fue un mes atareado, pero, con la ayuda del superequipo y el apoyo de la comunidad, se logró mucho.
¿Quiénes son las embajadoras de FRPR?
Este año, estamos colaborando con: Mariana Morales (Universidad Interamericana, Recinto de Bayamón), Santurce Pop, Ruby Dávila Rendón, Raiza Ascanio, Francis Rosario (Sastrería Nómada), y Estefanía Colón (AL Magazine).
Anteriormente, colaboramos con: Mónica Laura, Sally Torres Vega, Agnes Anna Szabó, Matilsha Marxuach (Concalma) [y también con Raiza Ascanio, Francis Rosario (Sastrería Nómada), y Estefanía Colón (AL Magazine)]. Cada una de ellas es ejemplo del trabajo ético y sustentable que se puede lograr. Los primeros dos años de FRPR no hubiesen sido exitosos sin su apoyo.
¿Con qué organizaciones e instituciones educativas has logrado crear alianzas?
Este año, estamos trabajando con la Universidad Interamericana, Recinto de Bayamón. Allí, junto a la estudiante embajadora Mariana Morales, hemos presentado el Fashion Revolution en eventos de Trata Humana, Basura Cero, y los Capítulos Universitarios de la Cámara de Comercio. Además, hemos participado en entrevistas de radio. También, nos comunicamos con Lucero Cintrón, profesora de la Universidad del Turabo, para, posiblemente, colaborar con la universidad.
Por su puesto, siempre queremos compartir el mensaje con otras instituciones, así que invito a los interesados a comunicarse con nosotros a través de puertorico@fashionrevolution.org. Tenemos material didáctico para educadores; entre él, hay dos documentales y presentaciones en PowerPoint que pueden utilizarse en el salón de clase.
¿Cómo los ha recibido el público?
El recibimiento ha sido mixto. Alguna gente se emociona cuando lee fashion, mientras que, para otra, es un turn-off.
Al principio, éramos un equipo de diseñadoras, artistas y comerciantes conscientes. Nuestros seguidores nos ayudaron a crear impulso, pero me di cuenta de que estábamos preaching to the choir.
Cada vez, llegamos más a los consumidores, quienes, al enterarse de lo que trata Fashion Revolution, quedan impactados y se comprometen a tomar un paso adelante.
Los fashionistas que no conocen el verdadero costo de la moda, quizás se desilusionan o creen que producir local es suficiente. Pero el problema es bastante complejo. Siempre digo que una cosa lleva a la otra; hay que aplaudir las victorias.
Me encantaría que nuestro mensaje llegara a más personas en Puerto Rico: universitarios, estudiantes, consumidores, trabajadores. Todavía nos faltan personas, ideas y puntos por conectar. Sin embargo, inspira y entusiasma ver que muchos diseñadores, autores, profesores, y productores estén creando consciencia sobre cómo hacer la diferencia y tomar decisiones creativas que tengan un impacto positivo.
En comparación con años anteriores, ¿cuál es el alcance de FR nacional e internacionalmente este año?
Seguimos creciendo y formando alianzas. En la actualidad, 92 países participan en el Fashion Revolution.
En Puerto Rico, por ejemplo, el primer evento fue en La Casa del Sargento (Beta Local). Allí, hubo un conversatorio e intercambio de ropa, y se proyectó el documental The Cotton Road. Aunque fue un grupo pequeño, creo que todos aprendimos algo nuevo, así como el sentido de compañerismo y el entendimiento de que sí podemos hacer la diferencia.
El año pasado, se colaboró durante una semana con: Santurce Pop, Tereques la Tiendita, AL Magazine, y Casa Ruth, donde se cerró el evento y, nuevamente, hubo un conversatorio, intercambio de ropa, y la proyección de un documental.
Este año, se está llegando a las universidades, y se espera alcanzar a más personas. Cada vez, más gente conoce y le abre sus puertas al movimiento.
El año pasado, Fashion Revolution proveyó información en varios idiomas, así como en imágenes gráficas, y entre otros. ¿Qué hay nuevo este año?
Además de material promocional, hay muchísimos recursos informativos. Este año, se publicarán por segunda vez el Índice de transparencia de la moda y Los diarios de los trabajadores de la confección. También, se lanzará el primer Fanzine. Además, se anunció la colaboración con Electrolux y AEG en Care Label Project, campaña que promueve el cuido de la ropa para que dure más. Esta iniciativa va de la mano con “la ropa que queremos dura más”, tema que se ha difundido a través de Love Story y Haulternative.
Durante la semana del Fashion Revolution, se presentará un cortometraje que trata sobre el desperdicio y el sobreconsumo de la industria de la moda. El corto, dirigido por Balthazar Klarwein, busca que la gente entienda el impacto de esta industria, y que se una a Fashion Revolution para hacer una diferencia positiva.
¿En dónde quiere enfocarse FRPR?, ¿por qué?
En mi opinión, el mensaje tendrá mayor impacto si llega al público y a los estudiantes. Algunos creen que este movimiento es solo para fashion lovers, pero todos, al usar ropa, somos parte del problema y de la solución.
En la actualidad, se vive sin conocer el origen de la mayoría que nos rodea. Por eso, es importante conocer cómo los productos llegan a nuestras manos. Para lograr un cambio, la educación y la transparencia son necesarias. Además de considerar el impacto ambiental de la industria de la moda, queremos que la gente piense en los agricultores que cultivan las fibras y en las personas que hilan, tejen, y cosen las telas. Queremos que la gente se pregunte: cuántos cuerpos de agua fueron contaminados por los tintes y tóxicos utilizados para preparar esas telas; cuántas veces utilizarán las piezas de ropa que compran; si puede donar la ropa; si puede arreglarla si se rompe; cómo la lavará; si la reciclará, donará o botará si no la quiere. A la gente le importa cuando sabe. El cambio sucede cuando trabajamos juntos.
Como creativa puertorriqueña, ¿por qué es importante para ti que la campaña sea exitosa en la isla?
Para mí, siempre es importante poner mi granito de arena. A veces, tras conocer las dificultades sociales, ambientales y políticas a las que nos enfrentamos diariamente, cuestiono el valor de mi rol en el movimiento. Sin embargo, encuentro certeza al pensar que, si cada uno de nosotros pone su granito de arena, habrá brotes de bondad, esperanza, y positividad íntegra y holística; todo está conectado.
Soy testigo de que hay métodos alternativos, saludables y responsables de crear, consumir y disponer. Creo que movimientos como el Fashion Revolution ayudan a elevar la consciencia colectiva, desde la comida hasta la ropa. Para mí, es hermoso crear consciencia, celebrar, y difundir lo que tenemos en el “patio de casa”.
FASHION REVOLUTION: STYLE WITH PURPOSE
Illustration: Mabel Riefkohl x AL Magazine
Who makes our clothes? If we asked ourselves this question before getting dressed, the world would be a different place. For this reason, Fashion Revolution, a nonprofit organization, has created a campaign that raises awareness of something that usually goes unnoticed in society.
Together with a global team of activists, creatives, designers, manufacturers, and workers, the founders of Fashion Revolution, Carry Sommers and Orsola de Castro, created the multinational campaign: Who made your clothes? The campaign emerged after the Rana Plaza garment factory collapsed in 2013. As a result, 1,113 employees where killed, including children. Rana Plaza, located in Dhacca, Bangladesh, produced clothing for various stores: Wal-Mart, Benetton, Inditex/Zara, Mango, JCPenny, El Corte Inglés (The English Cut), The Children's Place.
The fashion industry’s system is broken and it must be fixed. Where can we begin? Other than watching documentaries and practicing our 10 sustainable consumption tips, it is important that we start questioning the brands in our closets and start holding them accountable for the products they sell.
My great friend, Zaida Goveo Balmaseda, is the coordinator of Fashion Revolution Puerto Rico (FRPR). This will be her third year coordinating in the Island and the campaign will last one week, from April 24th until the 30th. All the way from Barcelona, Zaida tells me how the process is going and what are the goals for Puerto Rico.
How did you become the coordinator for FRPR?
When I lived in New York, I was quite active in the ethical-fashion, textile art, and craft scene. So in 2015, when I returned to Puerto Rico, I asked some friends and colleagues in LOCALISTA if they wanted to help me organize Fashion Revolution in Puerto Rico. The idea —casual, but enthusiastic— arose because I realized there was no representative of the movement in the Island. Back in those days, Sass Brown, mentor, author, Eco-Fashion guru, and Founding Dean of the Dubai Institute of Design and Innovation, sent an e-mail with the intent of motivating her extended community to join the movement. I mentioned to Brown that I wanted to organize something in the Island, but that I needed information and guides. She connected me with the organization (based in the United Kingdom) and I agreed being the coordinator. It was a hectic month, but a lot was achieved with the community’s support and help from the superteam.
Who are the ambassadors of FRPR?
This year, we are working with: Mariana Morales (Interamerican University of Puerto Rico, Bayamón campus), Santurce Pop, Ruby Dávila Rendón, Raiza Ascanio, Francis Rosario (Sastrería Nómada), and Estefanía Colón (AL Magazine).
Previously, we collaborate with: Monica Laura, Sally Torres Vega, Agnes Anna Szabo, and Matilsha Marxuach (Concalma) [also with Raiza Ascanio, Francis Rosario (Sastrería Nómada), and Estefanía Colón (AL Magazine)]. Each one of them is an example of the ethical and sustainable work that can be accomplished. The first two years of FRPR would not have been successful with out their support.
With which organizations and educational institutions have you created alliances with?
This year, we are working with the Interamerican University of Puerto Rico, Bayamón campus. Together with Mariana Morales, the Student Ambassador, we presented the Fashion Revolution in different events, such as Human Trafficking, Basura Cero, and the Chamber of Commerce’s university chapters. In addition, we have participated in radio interviews. We also got in touch with Lucero Cintrón, professor at the University of Turabo, in order to (possibly) collaborate with the university.
Certainly, we always want to share our message with other institutions, so I invite those who are interested to contact us at puertorico@fashionrevolution.org. We have didactic materials for educators; among them, there are two documentaries and PowerPoint presentations, which can be used in the classroom.
How has the public received you?
The reception has been mixed. Some people are excited when they read fashion, while for others, it’s a turn-off.
At the beginning, we were a team of conscious designers, artists, and merchants. Our fans helped us create momentum, but I realized that we were preaching to the choir.
Increasingly, we reach more consumers who, upon learning what Fashion Revolution is about, are impacted and commit themselves on taking the next step forward.
The fashionistas who do not know the true cost of fashion are maybe left discouraged, or think that producing locally is sufficient. But the problem is quite complex. I always say one thing leads to another; we must applaud the victories.
I would love for our message to reach more people in Puerto Rico: academics, students, consumers, and workers. We still are missing people, ideas, and points to connect. However, it is inspiring and exciting to see that many designers, authors, professors, and producers are creating awareness about how to make creative decisions that have a positive impact and effect.
In comparison to previous years, what is Fashion Revolution’s national and international reach this year?
We keep growing and creating alliances. Currently, 92 countries participate in Fashion Revolution.
In Puerto Rico, for example, the first event took place at La Casa del Sargento (The Sergeant’s House, at Beta Local). There was a symposium, an exchange of clothing, and a screening of The Cotton Road. Even though it was a small group, I believe we all learned something new, as well as the sense of fellowship and understanding we could make a difference.
Last year, we collaborated, for a week, with: Santurce Pop, Tereques la Tiendita, AL Magazine, and Casa Ruth, in which the closure of the event took place and, once again, there was a symposium, an exchange of clothing, and a documentary screening.
It is reaching universities this year, and hopefully, more people in the future. Increasingly, more people know about the movement and are open to it.
Fashion Revolution provided information in many languages last year, as well as in graphic images, among others. What’s new this year?
Other that promotional material, there are many resources of information. This year, the Índice de transparencia de la moda (Fashion Transparency Index) and the Garment Worker Diaries will be published for the second time. The first Fanzine will also be launched. In addition, a collaboration was announced between Electrolux and AEG in Care Label Project, a campaign that promotes the caring of clothing so that it may last longer. This initiative goes hand in hand with “the clothing that we love lasts longer”, a theme that has spread through Love Story and Haulternative.
During the Fashion Revolution week, a short film that deals with the waste and over-consumption of the fashion industry will be presented. The aim of this short film, directed by Balthazar Klarwein, is that people can understand the impact of this industry, and that they join Fashion Revolution in order make a positive difference.
Where does FRPR want to focus? Why?
In my opinion, the message will have a greater impact if it reaches the public and students. Some believe that this movement is only for fashion lovers, but all of us, while using clothing, are part of the problem and the solution.
Currently, we are living without knowing the origin of most of the things that surround us. Because of this, it is important to know how exactly do the products reach our hands. Education and transparency are necessary in order for change to happen. Other than considering the fashion industry’s impact, we want people to think about the farmers who grow the fibers and the people what weave, knit, and sew the fabrics. We want people to wonder: how much water was contaminated by the dyes and toxins used to prepare these fabrics; how many times will they use the pieces of clothing they buy; if they can donate clothing; if it can be fixed when it breaks; how will they wash it; what will they do when they don’t want it anymore: recycle, donate or throw it out. People care about what they know. Change happens when we work together.
As a Puerto Rican creative, why is this campaign’s success important to you?
For me, it is always important to do my part. Sometimes, I question my role in the movement after learning about the social, environmental and political challenges we face daily. However, I find certainty when thinking that, if each of us does their part, goodness, hope and integral and holistic positivism will blossom; everything is connected.
I am a witness that there are alternative, healthy, and responsible ways to create, consume, and provide. I believe that movements like the Fashion Revolution will help raise the collective consciousness, from food to clothing. For me, it is beautiful to raise awareness, to celebrate and spread what we have right in our “backyard”.
AUTOR | AUTHOR
Auralis Herrero Lugo
Auralís es una diseñadora de moda sostenible, empresaria, educadora y consultora de manufactura con más de 10 años de experiencia en la industria. Por los últimos 5 años, ha especializado su consultoría ayudando a marcas de ropa interesadas en producir en Estados Unidos de manera sostenible. También, es profesora de sostenibilidad y desarrollo de productos en Parsons New School for Design y el Fashion Institute of Technology en Nueva York. Su más reciente proyecto, Retazo.Co, es un programa de entrenamiento para fábricas de ropa interesadas en la manufactura sostenible de high end ready to wear bajo los principios de comercio justo en Puerto Rico. Para ello, se ganó un incentivo de la Compañía de Comercio y Exportación de Puerto Rico. Su marca de ropa sostenible, Auralistudio se diseña y manufactura entre Puerto Rico y Nueva York. Cuenta con un bachillerato en diseño de modas de Moore College of Art and Design y recientemente se graduó del exclusivo programa NY Design Entrepreneurs, auspiciado por FIT y el New York Economic Development Corporation.
Auralís is a sustainable fashion designer, entrepreneur, educator and manufacturing consultant with more than 10 years of experience in the industry. For the past 5 years she has specialized in assisting brands interested in sourcing and manufacturing in the United States. Her latest project Retazo is a training program for factories looking to manufacture high end ready to wear in a sustainable way under the principles of fair trade. She just won an economic incentive from the Commerce and Export agency of the island to start developing it. She is also a professor of sustainability and product development at Parsons New School for Design and the Fashion Institute of Technology in New York. Auralistudio is her sustainable clothing brand and it is designed and manufactured between Puerto Rico and New York. She has a bachelor's degree in fashion design from Moore College of Art and Design and recently graduated from the exclusive NY Design program Entrepreneurs, sponsored by FIT and the New York Economic Development Corporation.